
Nadie es un ganador en todo momento, y cualquiera que diga que lo es, o es un mentiroso o no juega al póquer.
Nadie es un ganador en todo momento, y cualquiera que diga que lo es, o es un mentiroso o no juega al póquer.
El escritor es la chica del bar y el amante de la chica del bar, el gángster y el policía, el homosexual y el fascista, el marxista y el heterosexual, la víctima y el asesino. El asesino de mi novela es el escritor. Es decir, yo. Y si no soy detenido en las horas que siguen a esta revelación es que ya no puedes fiarte ni de la literatura.